MATE

MATE
La vida en un mate: sorber despacio y saborearlo con intensidad ya que el mate, como la vida, cuesta un tiempo prepararlo, pero si no se disfruta al beberlo, cuando se acaba ya será tarde. Fotografía tomada en Argentina durante el corralito del año 2002

19 marzo 2012

CUADERNO DE VIAJE XIII – UGANDA GORILAS EN LA NIEBLA

Hola a todos, ya de vuelta y con un poco mas de tiempo, os comparto penúltimo cuaderno de viaje en Uganda y al “encuentro con los últimos gorilas de montaña”, espero os guste.


CUADERNO DE VIAJE XIII – UGANDA GORILAS EN LA NIEBLA



DÍA 49 DE VIAJE

25 FEBRERO KAMPALA – BUTOGOTA – BWINDI

Día de largo viaje, despertador a las tres y media de la mañana, y salida del Red Chilli a las cuatro para buscar algún transporte que nos acerque hasta el centro de Kampala donde cogeremos el bus hacia el oeste del país. Por las calles, casi desiertas antes del amanecer, solo pasan algunos coches particulares hasta que a lo lejos creemos oír el ruido de una motocicleta. Nos apresuramos a pararla, y efectivamente era un boda-boda que se alegró mucho de tener clientes a esas intempestivas horas. Los tres en la moto con nuestras mochilas colgando, nos vamos hacia la estación, donde los primeros destartalados buses de la mañana hacia los lugares más lejanos del país se van completando para salir.

Hacia las cinco de la mañana acabamos saliendo en el mas que artesanal autobús, apoyabrazos hechos de tubo metálico, asientos de skay recubiertos de plástico transparente, ventanillas sin manillas y por supuesto cinco asientos en cada hilera, para aprovechar al máximo el espacio en el interior del repleto bus.

Carretera en muy buen estado hasta la mitad del recorrido, cerca del lago Mburo, donde nos detenemos a dejar y a recoger a bastantes pasajeros. En concreto en la población de Mbabara. Aprovecho para comprar unas tortillas con chapati, que ya después de unas cuantas horas de viaje, nuestras tripas nos agradecen con algunos estomacales sonidos.

En el mercado muchas mamis venden amarillos mazos de platanos y varios taxistas de boda-boda esperan clientes con increíbles techo paraguas para sus motos.

Continuamos ruta para antes de llegar a Kabale, localidad cercana a la frontera de Rwanda por donde ya había pasado una semana antes, desviarnos por carretera secundaria hasta Ntungame y hacia la zona fronteriza con el vecino Congo.

Ya por peor carretera llegamos a Rukungiri y a partir de aquí se acaba el asfalto y por una irregular pista de tierra llegamos hasta Katunga. Paisaje de plataneras salpicadas con plantas de café y té, que en este lugar ya a bastante altura, tienen su clima perfecto. El trayecto hasta Butogota, ya de pocos kilómetros, se hace largo por la poca velocidad que el bus puede llevar en zona de pista con muchas estrechas curvas e importantes precipicios. Pero buen conductor nos conduce en un buen final de trayecto.

Una vez en Butogota, última población de esta recóndita zona de Uganda, todavía debemos buscar la forma de llegar hasta la entrada a la selva de Bwindi, a unos 17 kms de pista de allí. Otra vez en moto, pero esta vez nos toca tragar mucha tierra y polvo, en nuestro final de viaje hasta Buhoma, pueblo desde donde se acede a la jungla donde se encuentran los últimos gorilas de montaña de Uganda.

Sacudiéndonos el polvo de la ropa y de las mochilas dejamos a nuestro taxista motero y nos acercamos a hospedarnos en un pequeño pero agradable rest camp, el Buhoma comunity, finalizando tras casi doce horas la intensa jornada de viaje. Pagamos dos camas en habitación compartida, y luego de instalarnos, reparadora ducha antes de cenar.

En el comedor situado en una gran terraza de madera con preciosas vistas a la mas que tupida selva de Bwindi, nos encontramos a varios americanos y algún ingles, que también se disponen a cenar esperando la llegada del día siguiente en que intentaremos acercarnos a los fabulosos gorilas. En una mesa, tenemos la grata sorpresa de oír a alguien saludarnos en español, y encima protagonista hacia unos meses, del programa de TVE “Españoles en el mundo”. Se trata de Patxi, un vasco que un día dejó su trabajo en la conocida empresa del grupo Mondragón, Fagor, para venirse a estas tierras y trabajar de guía para turistas en Uganda creando la empresa de turismo Mogambo.

Charlamos un poco con él antes de la cena, y nos cuenta que está viajando con un, pequeño grupo de gente que ha coronado la cumbre de los nevados montes Ruwenzori, y que aprovecharon el día antes de volver de regreso a España vía Kampala, para también buscar a los gorilas de montaña.

En ese momento llega parte del grupo y nos alegra saludar a Sebastián Álvaro, durante varias décadas director del programa de televisión “Al filo de lo imposible”, y que junto a su hijo Javier Álvaro, viaja por esta selva ugandesa. Muy cordiales y amigables nos estrechan la mano, conversando durante un rato de su particular aventura con los gorilas durante la jornada.

Quedamos para vernos a la hora de la cena con ellos y el resto del grupo compuesto también entre otros por Simón, director del Equipo Español de Alpinismo de la FEDME, y un simpático y agradable estadounidense que es el secretario de la embajada de los EE.UU. en Pakistán, y de nombre Jason.

Haciendo tiempo para la cena, el morenito hijo del cocinero del alojamiento me invita a jugar una partida de damas, a la entrada de mi cuarto. No me resisto y acepto su reto de unas partidas a uno de mis juegos preferidos. El tablero totalmente artesanal y las fichas muy originales, consistían en unos tapones plásticos de botellas de agua blancos y azules. Aquí también hay gente que discurre y se hace sus juegos sin tener que comprarlos.

Mientras jugamos el joven negrito que por la proximidad del Congo hablaba un poco de francés, se interesa por mi viaje y por la vida en España, pero su incansable demanda de saber le impide concentrarse en el juego y hay una paliza para él: Uganda 0 – España 3.

A la caída del día, cena en la terraza de madera del Rest Camp oyendo los ruidos de los muchos animales que finalizaban el día en la frondosa selva. Tras la cena Sebastián Álvaro y el resto del grupo nos invitan a un chupito de Amarula, riquísimo licor africano de almendras, tomando el café de sobremesa y charlamos de nuestro viaje por África y su aventura en las nevadas montañas de Ruwensori.

Nos despedimos de la mayoría de ellos deseándoles un buen regreso a España, y nos emplazamos con Patxi y Jason a vernos en unos días en Entebe, donde vive el primero y desde donde en unos días partiría Jason de regreso a Pakistán.

Noche tranquila aunque con ganas de ir al encuentro de nuestros peludos familiares lejanos…o quizá muy cercanos.


DÍA 50 DE VIAJE

26 FEBRERO BWINDI IMPENETRABLE N.P - KAMPALA

Desayuno temprano y tramites de acceso a la selva, tras comprobación de nuestros permisos por los guardas del parque. A continuación charla de uno de los rangers armados que nos acompañara a buscar a la familia de gorilas que desde la UWC de Kampala nos habían asignado para localizar.

Básicamente nos indican el modo de actuar al encontrarnos con tan protegidos animales, debiendo en todo momento no acercarnos a menos de 7 metros, intentando no toser cerca de ellos para no trasmitirles ninguna posible enfermedad, no dejar comida ni cualquier otra cosa que alterase su vida salvaje en la selva de Bwindi y sobre todo quedarse inmóvil, en el caso que uno de los miembros decida acercarse a nosotros.

Se suelen formar grupos de 6 a 8 personas para acceder a la jungla y siempre acompañados de una persona armada delante y otra cerrando el grupo. No obstante tuvimos la suerte de ir solo nosotros junto a una pareja londinense y los rangers, a la búsqueda de la familia de gorilas Mubare, compuesta por 6 miembros y que según nos informan, el día anterior se encontraba en la parte alta de la montaña, y a unas tres horas de ascensión.

Ya con todos los preparativos y en formación salimos hacia las ocho y media tras nuestro ranger y guía del parque de nombre Sunday, Domingo para sus amigos de habla española, y que con machete en mano, nos abre y marca el camino entre la exuberante vegetación.

Cruzamos por rudimentario puente de madera, un pequeño rio en la parte baja de los montes, y comenzamos una fuerte ascensión con mucho calor y humedad, a pesar de ir casi siempre a la sombra de enormes arboles. Por el camino Sunday nos va familiarizando con las plantas y animales que habitan en esta selva, enseñándonos también las hojas que suelen comer durante gran parte del día los gorilas. En ese momento recibe llamada por radio, de compañero que esta en la parte alta y que le indica que una segunda familia de gorilas se está dirigiendo al lugar donde está la que nosotros vamos a visitar. Recibimos la noticia con alegría y algo de expectación por saber si al final se juntaran las dos familias, pudiendo de esa manera estar con un gran número de gorilas

Tras casi tres horas de ascensión, y pasando zonas con muchas y gigantescas hormigas que evitábamos nos subiesen metiendo los pantalones por el interior de nuestros calcetines, llegamos a una zona con un claro entre la vegetación y donde dejamos nuestras mochilas con la comida. Seguimos abriendo camino con el machete hasta unos arbustos donde los rangers sigilosamente y por señas nos indican hay movimientos.

Fabuloso encuentro, entre la vegetación un gran macho con la característica espalda plateada descansa junto a un juguetón cachorro que constantemente sube y baja a los lomos de su mama gorila. Impresiona verlos tan cerca y hasta nos asustamos un poco cuando el gran patriarca se puso en pie para caminar entre la tupida vegetación.

Pudimos sacar fotos y durante unos minutos les seguimos en su recorrido hacia la parte alta de la selva. Sunday nos informa en ese momento que por radio sus compañeros le dicen que la otra familia que venia hacia ese lugar se encontrará en poco tiempo con esta capitaneada por papá Mubare.

Y efectivamente al poco tiempo y siguiendo al gran espalda plateada nos topamos con muchos gorilas de todos los tamaños y edades, ya que la otra familia hoy de visita en casa de los Mubare nos indican es de 18 miembros y casi siempre se mueven juntos.

Solo nos faltaba sacar las pastas y el té, pero no procedía tal invitación por nuestra parte, jajá. Lo que si procedía en ese momento era disfrutar de un momento único y contemplar a todos estos tan cercanos genéticamente a nuestra raza, y mucho mas evolucionada por lo menos en cuanto a convivencia se refiere. Un dato significativo, los gorilas de montaña comparten el 97% del ADN humano siendo aún superados por sus cercanos familiares los chimpancés.

La pareja británica estaba tan impresionada como nosotros de tan bello espectáculo natural, pero quienes se llevaban la mayoría de nuestras miradas eran una madre con su reciente cría de gorila, que no hacia mas que juguetear ante la tierna mirada de su mamá. Al poco la mamá también dirigía su mirada hacia nosotros como queriéndonos trasladar su enorme felicidad por los juegos de su bebé.

El imán que me persiguió durante mis casi dos mese de viaje estaba otra vez allí presente haciéndome no querer dejar aquel lugar, pero los guardas tras sacar unas fotos nos apremiaban a iniciar el regreso, ya que las normas del parque son claras e indican que no se puede estar mas de una hora con los gorilas tras el primer avistamiento.

No obstante al ir marchándonos otro gran espalda plateada, y jefe del otro clan aparece entre la vegetación y se deja fotografiar durante unos instantes, y otro pequeñajo, posiblemente hijo de este, se afana en comer y comer hojas de la rama a la que esta subido.

Pero su poca experiencia a la hora de ascender por la rama le hace caer ante nuestra sorprendida mirada y rodar por la ladera abajo como si de un balón se tratara. Tanto los rangers así como nosotros nos mondamos de risa con semejante espectáculo cirquense.

Con mucha pena, poco a poco nos vamos abriendo paso entre los arbustos y alejando de estos maravillosos animales que afortunadamente gracias a la cooperación internacional y sobre todo al trabajo de la gran conservacionista Diane Fossey, hoy viven en paz y protegidos e intentan poco a poco ir reproduciéndose y aumentar el número de ellos.

Muchos conoceréis la historia de Diane Fossey a través de la película interpretada por Sigourney Weaver, Gorilas en la niebla, así como su trágico final asesinada por defender a estos animales de los cazadores furtivos en connivencia con los corruptos gobiernos del Congo, Ruanda y Uganda, hábitat de los últimos gorilas de montaña de la tierra. Las zonas protegidas de estos tres países son respectivamente, los montes Virunga en Congo, el ruandés Parque Nacional de los Volcanes y Bwindi Impenetrable National Park donde nos encontramos, y se estima que en la actualidad hay solo unos 600 ejemplares, estando casi la mitad en Uganda.

Que nadie os mate nunca mas solo para llevarse vuestras casi humanas manos, precioso amigo Mubare & family.

Solo nos queda ir descendiendo lo andado, comernos nuestro pequeño picnic, y llegar nuevamente al campamento en Buhoma, para tras descansar de las 6 horas de estancia en esta fabulosa selva saborear nuestro exclusivo encuentro mientras Sunday nos hace entrega de certificado de esta genial experiencia y nos deja el libro de visitas para que dejemos constancia de nuestro paso e impresiones por la Impenetrable Bwindi.

Recogemos nuestras cosas, y tomamos nuevamente un boda-boda para recorrer los 17 kilómetros de pista que nos llevaran a tomar el autobús de vuelta a Kampala desde la población de Butogota, donde saldremos en la tarde para haciendo noche en el bus llegar por la mañana a la capital. Hasta la salida del mismo hacemos tiempo dando una vuelta por el polvoriento pueblo y tomando una caliente cerveza, al no funcionar las neveras por los habituales y largos cortes de luz, se llega la hora del regreso.

Espectacular salida del viejo autobús, derrapando y acelerando bruscamente en busca de los pasajeros de las poblaciones cercanas, antes que el otro bus de la competencia en viaje también a Kampala se los recoja primero. Durante casi dos horas los buses se estuvieron adelantando y re adelantando el uno al otro por los verticales precipicios de la carretera hasta que uno de los dos se completó. Noche a bordo un poco más tranquila.

Os cuento más en el proximo blog del parque Murchison y las islas Ssese…

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